Recuerdo de chica que si alguien me decía -no debes tocar aquello- inmediatamente sentía unas ganas irresistible de tocarlo, -no puedes tomar agua ahora- esa frase me producía una sed enorme en fin esto está condicionado en nuestro interior, la frase “los hombres casados son hombres sagrados” a mi me la repetían mucho en mi adolescencia.
Sin embargo lo prohibido llega a interesarnos, y a veces no es para nuestro bien, como sucede con el cigarro, el alcohol, las drogas y hasta con ciertas relaciones adictivas que no nos aportan bienestar.
A veces hay una voz interior en nosotros llamada Ego que se sobre pone a la voz callada y dulce del Espíritu Santo que también mora en nuestro interior y esa dañina voz llamada Ego nos lleva por caminos lejos del bien y del amor verdadero.
Ninguna cosa o persona que nos cause dolor, sufrimiento o daño puede ser bueno para nuestra salud mental, física y emocional.
A veces hay una voz interior en nosotros llamada Ego que se sobre pone a la voz callada y dulce del Espíritu Santo que también mora en nuestro interior y esa dañina voz llamada Ego nos lleva por caminos lejos del bien y del amor verdadero.
Ninguna cosa o persona que nos cause dolor, sufrimiento o daño puede ser bueno para nuestra salud mental, física y emocional.
El amor esta lejos de ser un sentimiento que nos proporcione sufrimiento y quien no ha escuchado decir “no hay amor sin dolor” pues bien quiero decirles que si lo hay, pero que para encontrarlo primero hay que estar en amor con uno mismo y esto a veces cuesta, porque hay que hacer cambios fuertes y severos en nuestro yo interior, yo diría que a nivel de mente-cerebro, lo que seria como reprogramar el disco duro de una computadora, en este caso la más sofisticada del Universo que es la nuestra, la humana.
A veces por estar errados llegamos al punto de soportar la violencia, esa que puede destruir toda la dicha, la paz la armonía y la felicidad de nuestro entorno y que hoy esta a veces presente en muchos hogares causando estragos sin precedente en los niños y en las vidas de muchas personas.
La única manera que tenemos de combatir esto es razonando y llegando a la conclusión que somos nosotros y no los demás los que podemos detener este comportamiento, sentándonos a la reflexión, lo que nos permite poder comenzar a establecer nuevas formas de pensamientos y acciones dando de esta manera un vuelco a nuestra existencia.
Debemos estar conscientes antes de elegir y tomar decisiones que no nos aporten paz y tranquilidad, en si desde que comenzamos una relación de amistad y de amor con otra persona podemos a través del conocimiento, del trato, de la comunicación saber si nos es grato o no el compartir y estar a su lado.
A veces por estar errados llegamos al punto de soportar la violencia, esa que puede destruir toda la dicha, la paz la armonía y la felicidad de nuestro entorno y que hoy esta a veces presente en muchos hogares causando estragos sin precedente en los niños y en las vidas de muchas personas.
La única manera que tenemos de combatir esto es razonando y llegando a la conclusión que somos nosotros y no los demás los que podemos detener este comportamiento, sentándonos a la reflexión, lo que nos permite poder comenzar a establecer nuevas formas de pensamientos y acciones dando de esta manera un vuelco a nuestra existencia.
Debemos estar conscientes antes de elegir y tomar decisiones que no nos aporten paz y tranquilidad, en si desde que comenzamos una relación de amistad y de amor con otra persona podemos a través del conocimiento, del trato, de la comunicación saber si nos es grato o no el compartir y estar a su lado.
Hay sentimientos que nos dan la clave exacta de ello como: los celos, la envidia, la ira, el odio, los rencores , los deseos de venganza y todo ello es contrario totalmente al sentimiento de la amistad y el amor.
Esto hay que grabarlo así dentro de nosotros y si somos quienes sentimos algunos de ellos los ya mencionados entrar a trabajar para erradicarlos de nuestro interior.
Pues a decir verdad ninguna persona que sienta estos impulsos, sentimientos y comportamientos puede lograr una vida de armonía con los seres que le rodean.
Hay que conocer lo que nos daña, y no actuar tercamente dando tumbos pues más vale solos en paz y armonía que acompañados en el dolor y el sufrimiento.
El Ego como bien mencionaba siempre quiere actuar por encima del bienestar, no nos conformamos a quedarnos a veces golpeaos sin antes responder de la misma manera, o si alguien nos vira la espalda porque no nos ama, se intensifica entonces el supuesto amor que sentimos y se convierte en un capricho, una pena, algo que nos proponemos volver a recuperar a toda costa llegando a la humillación, al desespero, sin darnos a penas cuenta que ya no es el amor lo que en si esta reinando en nosotros, sino el deseo de recuperar lo que creíamos era nuestra pertenencia y que de cierta manera se nos ha escapado de las manos.
A veces esto que acabo de describir se convierte en una obsesión compulsiva con ideas fijas y llega a hundirnos en un callejón sin salida, donde sin darnos cuenta estamos maltratándonos y destruyendo el placer de vivir sanamente.
En este caso lo que nos dicen otras personas no lo queremos escuchar, sólo nos interesa eso, lo que nos han arrebatado o lo que está prohibido, por que ya alguien no desea estar a nuestro lado, sentimiento que debemos respetar pues nadie esta obligado a relacionarse para siempre con otra persona, por eso en el universo existe el libre albedrío, y cada cual deberá escoger su destino, su pareja, sus amistades, y hasta el lugar donde habitar. a
Hay que parar los comportamientos contradictorios, aquellos de querer alcanzar lo que no nos aporta bienestar.
Cuando recuerdo mi relación con el Príncipe, también me cuestiono el ¿por qué?, al saber que en su vida había otro amor, no me retiré y pensé en mi propio bienestar. ¿por qué no decidí que yo no era merecedora de una relación a medias?
Hay que conocer lo que nos daña, y no actuar tercamente dando tumbos pues más vale solos en paz y armonía que acompañados en el dolor y el sufrimiento.
El Ego como bien mencionaba siempre quiere actuar por encima del bienestar, no nos conformamos a quedarnos a veces golpeaos sin antes responder de la misma manera, o si alguien nos vira la espalda porque no nos ama, se intensifica entonces el supuesto amor que sentimos y se convierte en un capricho, una pena, algo que nos proponemos volver a recuperar a toda costa llegando a la humillación, al desespero, sin darnos a penas cuenta que ya no es el amor lo que en si esta reinando en nosotros, sino el deseo de recuperar lo que creíamos era nuestra pertenencia y que de cierta manera se nos ha escapado de las manos.
A veces esto que acabo de describir se convierte en una obsesión compulsiva con ideas fijas y llega a hundirnos en un callejón sin salida, donde sin darnos cuenta estamos maltratándonos y destruyendo el placer de vivir sanamente.
En este caso lo que nos dicen otras personas no lo queremos escuchar, sólo nos interesa eso, lo que nos han arrebatado o lo que está prohibido, por que ya alguien no desea estar a nuestro lado, sentimiento que debemos respetar pues nadie esta obligado a relacionarse para siempre con otra persona, por eso en el universo existe el libre albedrío, y cada cual deberá escoger su destino, su pareja, sus amistades, y hasta el lugar donde habitar. a
Hay que parar los comportamientos contradictorios, aquellos de querer alcanzar lo que no nos aporta bienestar.
Cuando recuerdo mi relación con el Príncipe, también me cuestiono el ¿por qué?, al saber que en su vida había otro amor, no me retiré y pensé en mi propio bienestar. ¿por qué no decidí que yo no era merecedora de una relación a medias?
Hoy después de haber hecho profundos cuestionamientos en mi interior, sé que yo no me amaba, no me estimaba, y mis conceptos sobre el amor eran erróneos, los patrones de referencia en mi infancia estaban dañados.
Siempre vi a mi madre mendigando el amor y el cariño de mi padre, nunca vi gestos de ternura de él para ella. Además de presenciar numerosos conflictos y peleas debido a las continuas infidelidades de mi padre. Estos detalles se quedan en nuestros archivos de memoria, se guardan y se quedan sembradas ciertas aptitudes en nuestra mente que luego copiamos o aceptamos equivocadamente.
No es lo que no nos pertenece, sino lo que no debemos querer nosotros mismos para nuestra vida.
No es lo que no nos pertenece, sino lo que no debemos querer nosotros mismos para nuestra vida.
Y lo peor es que nos hacemos adictos a esa persona, como si fuésemos drogadictos, sólo que la adicción es a un ser humano, al supuesto amor que deseamos retener a toda costa, pensamos que morimos si lo perdemos, nos humillamos, imploramos, mendigamos, ese afecto y cariño que debe brotar por si sólo, añoramos esa compañía, tememos a estar sólos, podemos entrar en ataques de pánico, -también ocurre y lo he pasado-, es increíble el no poder estar sin llamar a un teléfono, o quedarnos semanas inmóviles esperando una llamada, en fin se resquebraja nuestro equilibrio, se deteriora nuestra salud y la vida se nos hace oscura porque no podemos ver más allá de esa persona idealizada.
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