martes, 14 de septiembre de 2010

La Manipulación Y El Maltrato En Las Relaciones

 

por: Vivianne Alegret

Es muy frecuente notar cuando estamos en presencia de un matrimonio o parejas que se dejan manipular y se vuelven sumisas dentro de una relación.
Realmente es hasta penoso, pues la mayoría de las veces, esa persona que está bajo el yugo de otra, le permite ofensas en público, maltrato emocional, palabras indignas entre otros denigrantes comportamientos.
Lo increíble es ver que la víctima, que no tiene ni gota de autoestima, tiene exceso de consideración y de atenciones con ese ser que le avasalla.  Lo defiende contra todas las banderas. Y aún peor es saber, que aunque le maltraten a sus propios hijos, lo permiten sin tan siquiera reaccionar.
Cuando una persona se deja maltratar ya sea de palabras o físicamente, no se valora, no se aprecia ,ni tiene autoestima. Uno se pregunta ¿por qué no se sale de la relación? La respuesta es: por temores, por miedo a la soledad, porque piensa que no encontrará otra persona que le quiera, miedo a las amenazas, ya que sabe de lo que sería capaz una persona con tales características, todo esto y mucho más.
Si ese ser que vive bajo estas condiciones, no acepta consejos, ni ayuda y cree que lleva la vida correcta, nada podemos hacer, es triste porque estas parejas en realidad no comparten una relación de amor, ni satisfactoria.
Sin embargo en estos hogares no hay buenas vibraciones, porque aunque la víctima no hable y acepte lo antes expuesto, con el paso de los años se va convirtiendo en un ser amargado, en una persona conflictiva, triste, con cara de preocupación, se va envejeciendo, y lo peor es que comienza a comportase también cruel con otras personas.
Los manipuladores son en sí maltratadores, la mayoría de las veces se esconden detrás de profesiones o de estatus sociales, que tratan de conseguir a toda costa en el medio donde viven. Como no actúan de buena fe o con amor hacía el prójimo, tienen muy pocas amistades porque no saben conservarlas, cuando obtienen lo que desean de ellas, buscan otras nuevas personas y no les importa saber de las que ya obtuvieron un beneficio.
La persona que manipula a su pareja, casi siempre grita, habla en voz alta, lo hace para imponer el miedo o que se haga notar su presencia en la casa. También tienen un complejo de superioridad fingido porque están llenos de cobardía y arrastran grandes problemas desde la infancia.
Tratan de recriminar o culpar a los demás o a alguien  de lo que ellos mismos hacen a los demás. Forma ésta que les ayuda a desprenderse del sentimiento de culpabilidad que en sí llevan en su interior.
El maltratador aísla a su pareja de su familia, no le conviene que los seres amados de su cónyuge sepan lo que está ocurriendo y si ya lo saben o se dan cuenta, se dan a la tarea sutil de indisponer. De buscar problemas.
Los hijos de estas parejas que viven en conflicto, crecen con temores, temen a sus padres, porque conocen con que rigor y malas formas que son tratados, estos niños también crecen sumisos, pero aprenderán a tratar a otros como ellos han sido tratados.
No todos emplearan estos métodos tan insanos, pero a veces aunque han sufrido se hace innato en ellos tratar a los que le rodean como lo han hecho sus progenitores.
Pienso, reflexionando hoy, que no vale la pena vivir en este tipo de relación tan mórbida. Que no debemos pasar años bajo el yugo de nadie, que implanta el miedo en un hogar.
Que si uno no le levanta la voz a nadie, nadie tiene el derecho de hablarle con el tono de voz elevado. Creo que si no hay respeto mutuo y consideración no puede haber una buena relación.
Muy a pesar de lo que yo pienso y creo; hoy en día miles de matrimonios y parejas viven bajo circunstancias caóticas, donde hay niños que van creciendo con malos ejemplos. Los adultos son los responsables de sus propias vidas y las vidas de los infantes, por lo que hay que ser reflexivos ante lo que estamos viviendo.
No siempre hay personas sumisas, aquellos que callan, un día pueden reaccionar y cometer locuras, ya que también se cansan de aguantar maltratos. Dice un refrán: Tanto da el cántaro a la fuente hasta que se rompe.
Hoy en día estos prototipos de personas, son los que cometen esos macabros crímenes de violencia doméstica o de géneros, por ello debemos analizar nuestras relaciones, y si no están basadas en el amor salirnos de ella.
Sobre el Autor




Profesora de francés, periodista, poetisa y compositora, nació en La Habana Cuba,mujer profundamente carismática, autodidacta, que ha impartido charlas de autoayuda desde 1998.

(Articuloz SC #3259928)



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