Hay un síndrome a nivel mundial que se llama Nido Vacío, ocurre cuando nuestros hijos crecen y se nos van de la casa, ya sea porque van a Universidades, porque se quieren independizar, se casan y construyen su hogar, en fin. Muchos padres quedan o en parejas o solos, -si no estaban acompañados, de cualquier manera han quedado con la nostalgia de estas separaciones familiares que hunden en un síntoma de soledad, angustia y a veces es el pie para la búsqueda de una relación donde la persona que está desesperada por esa carencia de afecto filiar, se entrega y se convierte en una persona sobre protectora de la persona que llega a su vida, no sólo tratándola como una relación, sino como uno de los afectos que tenemos tendencia a sobre proteger que son los hijos.
La relación que lleva ingredientes de sobre protección o lástima es enfermiza y la persona que llega y se conecta esta también buscando abrigo ante cualquier separación, divorcio o soledad, tiende a manipular y querer verse superprotegido, mucho más si estamos hablando de alguien que tenga inseguridades y temores que se traen desde la infancia. Aquí podríamos estar en presencia de una relación que está en las vías de fracasar, tarde o temprano, porque todo lo que se va fuera del equilibrio normal se fractura, se debilita, pero mientras los sentimientos de lástima no permitan tomar buenas decisiones para romper, pueden internarse en conflictos, reproches y lanzamientos de culpa como si fueran pelotas de pinpon. Es triste ver a mujeres tratando a hombres como a sus bebes, complaciendo cada capricho o aberración, todo por no estar solas, y hombres tan infantiles y victimas que dejan mucho que desear de su hombría, !por Dios! mujeres y hombres, hay que saber estar en sus cabales ya sea sólos o acompañados, poner las neuronas en pos de lo saludable, las culpas, los reproches, las dudas, celos, mentiras, traen consigo falta de paz, de tranquilidad y de amor. Reflexiona y no sobre protejas a nadie, tampoco quieras estar sobre protegida tu independencia vale mucho.
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